El diluidor es un instrumento de laboratorio que se utiliza para diluir. Diluir proviene de la palabra latina diluere y significa añadir líquido a una disolución. Disolver es penetrar y dividir las moléculas de un cuerpo sólido.
Disolución es la fragmentación de una sustancia en moléculas o iones dispersos homogéneamente en un líquido, por lo general, agua. También se definen las disoluciones como mezclas homogéneas de dos o más componentes y pueden ser gaseosas, líquidas o sólidas. El diluidor es un equipo de laboratorio que permite preparar mezclas generalmente líquidas hasta que se cumpla una relación o proporción –concentración– entre los elementos que constituyen la mezcla, para que puedan ser utilizados en distintos tipos de procesos diagnósticos. La identificación de este equipo está generalizada mediante el uso de la palabra inglesa dilutor.
¿Usos del diluidor?
El propósito del diluidor es preparar mezclas de sustancias, para lograr concentraciones y volúmenes determinados de una solución o sustancia, tal como se hace con una pipeta, con la ventaja de que el proceso puede ser automático o programado. Los diluidores varían en tamaño y complejidad. Su capacidad depende del fabricante, pero es común encontrar que pueden controlar volúmenes comprendidos entre 25 μl (microlitros) y 25 ml (mililitros).
Principios de operación
El diluidor tiene varios componentes que interactúan coordinadamente para manejar y mezclar volúmenes de líquidos con gran precisión, lo que permite preparar disoluciones comprendidas entre 1 μl y 25 ml. El diluidor tiene, por lo general, los siguientes componentes:
- Un sistema propulsor
- Un sistema de control
- Un sistema dispensador